miércoles, 11 de febrero de 2009

Antivalores, Cultura, Televisión y Violencia

Antivalores permean entre jóvenes y niños

La práctica de valores, vital para la mejor convivencia social, es parte del pasado... la decencia, el entretenimiento sano, la voluntad de servir, pero sobre todo el respeto a la persona son términos prácticamente desconocidos; es la generación formada por la sociedad adulta

La tan mencionada frase desintegración familiar, lamentablemente sigue vigente en el problema, los conflictos educativos con todo tipo de protestas que repercuten de manera negativa en la formación del alumno y los medios de comunicación, principalmente la televisión, gigantesca promotora de antivalores, son factores que se ven reflejados en el comportamiento de los jóvenes.

“Todo mundo está consciente del problema, muchos maestros de secundaria hablan de las barbarida-des que ocurren en sus escuelas y que no se dan a conocer a la luz pública, los padres de familia dejan la educación de sus hijos en manos de la televisión porque están trabajando.

Las buenas costumbres nunca dejarán de existir, pero depende de directores, maestros, padres de familia y resto de la sociedad adulta lograr el cambio, emprender campañas intensas de valores éticos, sin embargo muchas veces también el comportamiento de los adultos deja mucho que desear.

El problema de antivalores practicado por la gran mayoría de la sociedad aunque hoy se aborda con los jóvenes de secundaria, es cada vez más grave y la verdad es que es “una ola gigante” que ya no se puede detener, nadie quiere meterse en broncas, las familias viven con serios problemas derivados principal-mente porque la pareja trabaja y antes la madre se encargaba de la crianza de los hijos.

Los juegos de niños, de grupo, hoy se convirtieron en individuales, con videos, se perdió la convivencia y socialización; hoy el niño llega a su casa y no encuentra a nadie, enciende la televisión y lo que ve es el uso de droga, programas donde la promoción es de antivalores, infidelidad, adulterio, groserías, escenas eróticas, es el proceso de cambio de una generación.

Los jóvenes ya no le dan valor de importancia a su cuerpo, uno de los clásicos de los griegos era principalmente ese “mente sana en cuerpo sano”, que significa cultivar el físico para llegar al intelecto, pero en la actualidad es de verdad impresionante la poca importancia que los muchachos le dan a sus cuerpos.

Según cifras de los hospitales generales, del 2000 al 2002, las jóvenes menores de 18 años embarazadas se ha duplicado y sólo en enero del 2003 se habían registrado oficialmente en hospitales generales de Torreón y Matamoros 79 embarazos, involucrados niños de 13 y 14 años y el mismo nivel de gravedad del problema se observa en terrenos de la droga y alcohol.


Contra una cultura de antivalores Contra una cultura de antivalores Contra una cultura de antivalores

En la actualidad es notoria la existencia de una cultura de antivalores, en la que se proyecta como normal la libertad de hacer lo que se quiera.

Contra una cultura de antivalores

Sin duda son situaciones que tienen gran influencia en el proceso de moldear la conducta de nuestros hijos, pero los padres no debemos eludir nuestra cuota de responsabilidad.

Es allí en donde juegan un papel trascendental los valores que inculque la familia, como la base para comenzar a forjar un esquema cultural sólido y respetuoso para la sociedad.

Pero esta responsabilidad no es exclusiva de la familia. El sistema educativo, con una política clara centralizada que se distribuya a todos sus integrantes, debe ser el puente para que, a través de maestros y profesores, otorgue las herramientas para que en el futuro puedan discernir entre lo moralmente correcto y lo que no lo es.


La television y los antivalores

la televisión es la diversión fundamental de muchas personas, nos presenta el reto enorme de que sus contenidos no solamente son inmorales, sino que dañan ciertamente la familia y la cultura. No necesariamente es culpa solo de la televisión, sino que parte de la culpa la tiene las agencias de publicidad, los patrocinadores y por supuesto el publico que se deleita en telenovelas inmorales y en programas procases, vulgares y ofensivos al pudor y a la ética más elemental. Las palabras soeces que en otro tiempo estaban prohibidas en la televisión y que se ocultaban con un pequeño ruido, indicando que no era licito transmitirlas, ahora se pronuncian en alta voz a horario infantil.

El problema no es nada más en un rincon del planeta si no en distintos lugares del mundo, los adolescentes expuestos a altos niveles de contenido sexual en televisión, tienen dos veces más riesgo de vivir un embarazo en los siguientes tres años, en comparación de los jóvenes con bajo nivel de exposición a estos contenidos.

Los riesgos de embarazos no deseados en adolescentes son un grave problema social, no solamente para la persona embarazada, sino que la vida que se trae al mundo, se encuentra con menores posibilidades de educación, de un trabajo honesto y de una contribución positiva a la sociedad.

Un gran porcentaje de los “adolescentes problema”, son hijos de madres solteras o de familias desarticuladas. La moral se aprende en la familia y la conducta social constructiva se hereda vía la madre, absorbiendo en los primeros años de la infancia, los valores fundamentales y la diferenciación entre el bien y el mal, que luego son practicados en la adolescencia y en la madurez.

la violencia ‘antivalor’

Estamos convencidos que la raíz de la violencia, una de las raíces, porque tiene varias, es la pérdida de los valores, el no distinguir entre el bien y el mal, e incluso, todavía más allá, el pervertir las cosas”. La sociedad está perdiendo el rumbo como consecuencia de una secularización, entendida equivocadamente como una descristianización.

viernes, 6 de febrero de 2009

Nuglis Alvarez y Aracelis Ramirez 19n


LA AUSENCIA DE VALORES EN LA SOCIEDAD


      Los Valores

      Los valores están presentes desde los inicios de la humanidad. Para el ser humano siempre han existido cosas valiosas

      En el siglo XX cuando comienza a utilizarse el término axiología (del griego axia, valor y logos, estudio), añadiéndole así un sentido científico, ya que la axiología es la ciencia que se dedica al estudio de los valores.

      En los tiempos antiguos los problemas axiológicos interesaron a los filósofos, por ejemplo: desde Sócrates eran objetos de análisis conceptos tales como "la belleza", "el bien", "el mal". Los valores fueron del interés además de representantes de la filosofía como Platón para el cual valor "es lo que da la verdad a los objetos cognoscibles, la luz y belleza a las cosas, etc., en una palabra es la fuente de todo ser en el hombre y fuera de él". A su vez Aristóteles abordó en su obra el tema de la moral y las concepciones del valor que tienen los bienes.

      Cuando hablamos de valor, generalmente nos referimos a las cosas materiales, espirituales, instituciones, profesiones, derechos civiles, etc., que permiten al hombre realizarse de alguna manera.

      El valor es, entonces, una propiedad de las cosas o de las personas. Todo lo que es, por el simple hecho de existir, vale. Un mismo objeto (persona o cosa) puede poseer varios tipos de valores.

      El valor es pues captado como un bien, ya que se le identifica con lo bueno, con lo perfecto o con lo valioso.

      El mal es, entonces, la carencia o la ausencia de bien. Se llama mal al vacío, es decir, a lo que no existe. Por ejemplo, el agujero en el pantalón, es la falta o ausencia de tela.

      Existen dos tipos de bienes; los útiles y los no útiles

      Existen los valores y los antivalores:

      Valores Morales: Amor, Humildad, Sabiduría, Equidad, justicia, paz, Amistad, Libertad, Vida Eterna, Equilibrio, Orden, Bienestar, fe, Bondad, Templanza, paciencia, Altruismo, Justicia

      Antivalores: Odio, Guerra, Orgullo, Egoismo, Ignorancia, Desigualdad Injusticia, Envidia, Esclavitud, Dictadura, Muerte, Desequilibrio, Desorden, Miseria, Religión, Altivés

      Valor Moral

      Todo aquello que lleve al hombre a defender y crecer en su dignidad de persona. El valor moral conduce al bien moral. Recordemos que bien es aquello que mejora, perfecciona, completa.

      El valor moral perfecciona al hombre en cuanto a ser hombre, en su voluntad, en su libertad, en su razón. Se puede tener buena o mala salud, más o menos cultura, por ejemplo, pero esto no afecta directamente al ser hombre. Sin embargo vivir en la mentira, el hacer uso de la violencia o el cometer un fraude, degradan a la persona, empeoran al ser humano, lo deshumanizan. Por el contrario las acciones buenas, vivir la verdad, actuar con honestidad, el buscar la justicia, le perfeccionan.

      El valor moral te lleva a construirte como hombre, a hacerte más humano.

      Depende exclusivamente de la elección libre, el sujeto decide alcanzar dichos valores y esto sólo será posible basándose en esfuerzo y perseverancia. El hombre actúa como sujeto activo y no pasivo ante los valores morales, ya que se obtienen basándose en mérito.

      Estos valores perfeccionan al hombre de tal manera que lo hacen más humano, por ejemplo, la justicia hace al hombre más noble, de mayor calidad como persona.

      Conciencia Moral

      Todo ser humano tiene conciencia de que hay algo que está bien o mal moralmente hablando, pues posee lo que llamamos sentido moral, por otro lado también existe la conciencia moral, que es la valoración sobre la moralidad de un acto concreto.

      Si tomamos el término bueno, bien, en el sentido práctico, es aquello que mueve a la voluntad por medio de las representaciones de la razón, no a partir de causas subjetivas sino de modo objetivo, por razones válidas para todo ser racional como tal.

      Para que un acto sea bueno deben ser buenos los tres factores fundamentales que los motivan, esos tres factores son:

      1) Objeto- contenido (lo que se hace, la materia del acto)

      2) Circunstancias- (factores o aspectos que determinan y precisan el objeto, el quien, el cuándo, el cómo, etc.).

      3) Fin- (Intención o motivo del acto, aquello para lo que se hace).

      Basta con que uno de esos factores sea malo, para que todo el acto sea malo, ya que para los moralistas el fin bueno no justifica los medios malos.

      La conciencia moral está integrada por un elemento intelectual, un elemento afectivo y un elemento volitivo, el intelecto o razón juzga, aprueba o desaprueba el acto, el elemento afectivo nos da respuesta sobre los sentimientos hacia ese acto, y el volitivo que tiene una tendencia natural al bien y que lo hace querer el bien moral. Según Kant si el hombre fuera solo sensibilidad, sus acciones estarían determinadas por impulsos sensibles, si fuera únicamente racionalidad, serían determinadas por la razón. Pero el hombre es al mismo tiempo sensibilidad y razón, y en esta posibilidad de elección consiste la libertad que hace de él un ser moral.

      Podemos clasificar la conciencia moral como verdadera o errónea, en cierta, probable, dudosa, perpleja, justa, etc.

      Hablamos de conciencia verdadera cuando puede dictaminar objetivamente lo que es bueno o malo y es errónea cuando no puede hacerlo, de conciencia cierta cuando el juicio moral es firme y seguro, de probable cuando existen otras alternativas, dudoso cuando el juicio moral se suspende ante la duda, perplejo cuando existe colisión de deberes y justo cuando se juzga de manera adecuada el acto moral.

      ¿Pero cómo se forman esas conciencias?

      El hombre procura obrar con conciencia recta, ello supone autorreflexión y consulta a los demás, para ir adquiriendo una conciencia formada y madura.

      El problema se plantea cuando estamos en conciencia perpleja o en conciencia dudosa, como ya dijimos la conciencia perpleja supone un conflicto de deberes y tenemos que inclinarnos por el que nos parece más fuerte o imperioso, mientras que en la conciencia dudosa debemos descartar para salir de dudas y luego formar una conciencia moralmente cierta.

      La conciencia como norma subjetiva, se apoya en los principios morales o en el sentido moral. Los principios morales son expresiones de la ley moral natural.

      Existen dos tipos de actos, los Actos humanos y los Actos del hombre, ambos son ejecutados por el hombre pero poseen ciertas diferencias:

      1. Los Actos Humanos. Son ejecutados consciente y libremente, es decir, en un nivel racional. Son originados en la parte típicamente humana del hombre, es decir, en sus facultades específicas, como son la inteligencia y la voluntad. Estos son el objeto material de la Ética y son los que pueden ser juzgados como buenos o malos desde el punto de vista de la Moral.

      2. Los Actos del Hombre. Carecen de conciencia o de libertad o de ambas cosas, un ejemplo claro es por ejemplo la digestión, la respiración, etc. Los actos del hombre sólo pertenecen al hombre porque él los ha ejecutado, pero no son propiamente humanos porque su origen no está en el hombre en cuanto a hombre, sino en cuanto a animal. Estos actos carecen de moral (son amorales) por lo tanto no pueden juzgarse desde el punto de vista moral como buenos o malos, si pueden juzgarse como buenos o malos pero desde otro punto de vista, como por ejemplo el fisiológico.

      Los actos, ya sean humanos o del hombre, tiene un cierto valor ontológico independiente del valor moral. El valor ontológico o metafísico de la conducta humana se refiere al hecho real, a la existencia, a la objetividad del acto. En cambio el valor moral depende de ciertas condiciones subjetivas y propias de la persona que ejecuta dicho acto, como la intención, la libertad, el grado conciencia, etc. El valor moral se encuentra solo en los actos humanos y el valor ontológico se encuentra en ambos.

      Cuando se dice que un acto humano tiene un valor moral, se está implicando que este valor moral puede ser de signo positivo o de signo negativo. Trabajar, por ejemplo, tiene valor moral positivo, pero asesinar tiene un valor moral negativo. Normalmente hemos designado al valor moral negativo como "inmoral", pero esta palabra, en su etimología, indica mas bien un desligamiento del valor moral y los únicos actos que están desligados de los valores morales son los actos del hombre, pero estos ya han sido calificados como "amorales".

      "si no sabes hacia donde te diriges, cualquier camino sirve",

      Cuáles son las características de los valores?

      ¿Qué hace que algo sea valioso? La humanidad ha adoptado criterios a partir de los cuales se establece la categoría o la jerarquía de los valores. Algunos de esos criterios son:

      • Durabilidad: los valores se reflejan en el curso de la vida. Hay valores que son más permanentes en el tiempo que otros. Por ejemplo, el valor del placer es más fugaz que el de la verdad.

      • Integralidad: cada valor es una abstracción íntegra en sí mismo, no es divisible.

      • Flexibilidad: los valores cambian con las necesidades y experiencias de las personas.

      • Satisfacción: los valores generan satisfacción en las personas que los practican.

      • Polaridad: todo valor se presenta en sentido positivo y negativo; Todo valor conlleva un contravalor.

      • Jerarquía: Hay valores que son considerados superiores (dignidad, libertad ) y otros como inferiores (los relacionados con las necesidades básicas o vitales). Las jerarquías de valores no son rígidas ni predeterminadas; se van construyendo progresivamente a lo largo de la vida de cada persona.

      • Trascendencia: Los valores trascienden el plano concreto ; dan sentido y significado a la vida humana y a la sociedad.

      • Dinamismo: Los valores se transforman con las épocas.

      • Aplicabilidad: Los valores se aplican en las diversas situaciones de la vida; entrañan acciones prácticas que reflejan los principios valorativos de la persona.

      • Complejidad: Los valores obedecen a causas diversas, requieren complicados juicios y decisiones.

      ¿Cómo se clasifican los valores? ¿Cuáles tipos de valores existen?

      No existe una ordenación deseable o clasificación única de los valores; las jerarquías valorativas son cambiantes, fluctúan de acuerdo a las variaciones del contexto. Múltiples han sido las tablas de valores propuestas. Lo importante a resaltar es que la mayoría de las clasificaciones propuestas incluyen la categoría de valores éticos y valores morales. La jerarquía de valores según Scheler (1941) incluye:

      1. Valores de lo agradable y lo desagradable;

      2. Valores vitales;

      3. Valores espirituales: lo bello y lo feo, lo justo y lo injusto, valores del conocimiento puro de la verdad

      4. Valores religiosos: lo santo y lo profano.

      Rokeach (1973) formuló valores instrumentales o relacionados con modos de conducta (valores morales) y valores terminales o referidos a estados deseables de existencia (paz, libertad, felicidad, bien común). La clasificación detallada que ofrece Marín Ibáñez (1976) diferencia seis grupos:

      1. Valores técnicos, económicos y utilitarios;

      2. Valores vitales (educación física, educación para la salud);

      3. Valores estéticos (literarios, musicales, pictóricos);

      4. Valores intelectuales (humanísticos, científicos, técnicos);

      5. Valores morales (individuales y sociales); y

      6. Valores trascendentales (cosmovisión, filosofía, religión).

      No sabemos vivir sin valorar

      Valoramos y somos valorados. Se valoran las acciones de los otros, se valoran las personas del entorno y se valoran los objetos que nos rodean; simultáneamente, los otros valoran nuestras acciones y valoran nuestra persona. Los humanos no saben vivir sin valorar; no se tiene una actitud indiferente y pasiva frente a la realidad, sino que se la siente bella o fea, buena o mala, agradable o penosa, como noble o vil. Se atribuye un valor a una acción cuando se afirma que es buena, se atribuye un valor a una persona cuando se dice que es bella, se atribuye un valor a un objeto cuando se afirma que es útil. Pero las cualidades buena, bella y útil aplicadas a una acción (por ejemplo, ayudar a un amigo), a una persona o a un objeto (mis zapatos) no son visibles como lo son las acciones o las personas, ni se pueden tocar como se pueden tocar los objetos. Un valor es, pues, una cualidad, una propiedad o una característica que, atribuida a acciones, personas u objetos, justifica una actitud positiva y preferencial hacia ellos.

      ¿Cómo Valora el Ser Humano?

      ¿Cómo expresa sus valoraciones? El proceso de valoración del ser humano incluye una compleja serie de condiciones intelectuales y afectivas que suponen: la toma de decisiones, la estimación y la actuación.

      • Las personas valoran al preferir, al estimar, al elegir unas cosas en lugar de otras, al formular metas y propósitos personales.

      • Las valoraciones se expresan mediante creencias, intereses, sentimientos, convicciones, actitudes, juicios de valor y acciones.

      • Desde el punto de vista ético, la importancia del proceso de valoración deriva de su fuerza orientadora en aras de una moral autónoma del ser humano.

      Ausencia de Valores Morales

      En la actualidad, la preocupación por la carencia de valores debe dirigirnos hacia recordarlos y practicarlos. No es sólo mover la cabeza y ver cómo están mal las cosas. Los jóvenes juntos pueden cometer fechorías que no tengan repercusión dañina, ser inquietos, pero eso no significa que cuando están solos desean que se les trate bien y con dignidad, luego entonces, se puede perder el punto de vista de que es importante recordar las llamadas Reglas de Oro: No hagas lo que no te gustaría que te hicieran, es decir, como se señala en el Libro El Camino a la Felicidad del Filántropo L. Ronald Hubbard: "Es difícil tratar de sobrevivir en una sociedad caótica, deshonesta y que por lo general es inmoral. Cualquier individuo o grupo busca obtener de la vida tanto placer y liberación del dolor como pueda. Tu propia supervivencia puede estar amenazada por las malas acciones de otros a tu alrededor. Tu propia felicidad puede volverse tragedia y pesar por la deshonestidad y mala conducta de otros. Tú eres importante para otras personas. Se te escucha. Puedes influir a otros..." Por ello, los valores morales deben ser reforzados en nuestra era moderna, ya que nos hacen apreciar la verdad y el conocimiento que vamos obteniendo en nuestra vida, y así se logra que seamos responsables por nuestros actos. la "decadencia de valores morales" como la "banalización de la sexualidad en las empresas de medios de comunicación y entretenimiento, llevan a la degradación de las mujeres y al abuso de los niños. Por ello, debemos estudiar, reforzar y practicar los valores morales para evitar esta decadencia que estamos viviendo.

      Mucha gente se encuentra sin valores en la sociedad, desde los más adinerados y posición social llamada envidiable hasta aquellos que se les dice que viven en la miseria. ¿Qué ocurre? Nadie lo sabe completamente, pero se intentan dar soluciones, arreglos a la situación. Todo el mundo intenta salir, pero algunos no saben que el problema radica en el interior del mismo hombre, el ego del hombre es su principal problema.


      El ser humano depende de la información, de las acciones y de las reacciones que la sociedad en la que vive emite hacia él. En la estructuración social del YO es muy importante el concepto de armonía y estabilidad grupal que se forma en cuanto a la armonía y estabilidad individual que se construye internacionalmente. En la edificación del Yo se deben tener en cuenta diferentes fuentes complementarias como las influencias culturales, que son los valores y actitudes compartidas y transmitidas por los miembros de una sociedad, y los cuales adquieren un poder transformador y se convierten en una fuerza que moldea la personalidad y la particularidad del ser humano.

      De ésta forma se puede ver cómo los rasgos característicos de una determinada cultura varían en la conducta cotidiana de un ser humano. Los estudios transculturales muestran los valores dominantes en las diferentes culturas y las consecuencias de estos valores esclarecen la importancia de la cultura, la variabilidad de la conducta humana y el concepto de normalidad en la conducta.

      Otro factor destacado son las influencias sociales, las cuales llevan a un individuo a ser alienado y dotado de las actitudes sociales y de las conductas comunes, y a conformarse con las conductas de su entorno, de ésta manera para que un individuo pueda hacer una socialización con el grupo y logre encajar, debe adaptarse y debe adecuar sus modos de actuar, de pensar o de sentir en la dirección señalada por las normas del grupo. De modo, que el individuo o miembro de un grupo debe renunciar a una gran parte de su individualismo. Si quiere que el grupo se mantenga, debe actuar en forma coordenada como actúa su grupo, mostrando así como se desarrollan las presiones de su grupo y como éstas lo llevan a introducirse en la conformidad, creando un pensamiento estandarizado y con un solo propósito: el bien del grupo, no el bien personal, produciendo personas fáciles de manipular, dóciles y viables de adaptar a cualquier poder social. Otro factor conocido es la influencia del medio como el territorio o la población, la última en la cual la sociedad en colonias comunitarias crea una tendencia de pensamiento que interviene eficazmente en el modo de pensar del individuo, la cual origina una falta de privacidad, de exposición constante a la opinión pública y a la continúa vigilancia de otras personas lo cual engendra una tensión en la vida común.